Mis compañeros de trabajo maldecían el frío, pero yo he disfrutado, pese a la moquera y la otitis. Me he pasado toda la mañana diciéndole a los abus que torcieran a la izquierda... sonriéndoles, comentando la bajada de las temperaturas (todos llevamos un meteorólogo dentro que va creciendo con los años, y los abuelos lo tienen hiperdesarrollado), dándole los buenos días y "cuidado con algunos baldosines que están un poco levantados".
Y también dejando que el sol de otoño calentara mi espalda... recordando Oslo al ver caer las hojas... leyendo... escuchando el viento entre las ramas de los árboles contándome sus secretos... y pensando en todos esos árboles de Pablo Sánchez Herrero que ayer descubrí en su precioso blog... la soga al cielo... una joya... http://lasogaalcielo.blogspot.com/
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