19 de febrero de 2015

Con Alud y Ventanas recien estrenados, esta es la que más cerca está de la espiral de ayer.
Oscura luz, metálica, mecánica, creciendo bajo la piel.

9 de febrero de 2015

07/02/2015 - Ismael Serrano en el Teatro Principal, Burgos

El último disco me había gustado, mucho, ese nacer de las canciones desde el ritmo, toma a tierra, raíz... golpean los pies en el suelo mientras la cabeza vuela.

Estaba nerviosa, siempre lo estoy antes de cualquier concierto, más si es de Ismael. Nerviosa pero confiada, lo que había ido sabiendo de los conciertos de esta gira indicaba que en directo iba a ganar más aún. Y así es, la puesta en escena de "La llamada" le suma otra dimensión a las canciones, un verdadero espectáculo de luces y sonido.

Afuera grados negativos, nieve y hielo... y dentro del Teatro Principal calor... y ambientes marinos, pasarelas sobre autovías, panoramas urbanos, la luz de la ventana azul, lluvia, relojes, dragones... una preciosa historia de dragones, de un hombre que se rodea de dragones, como, quien sabe, otras nos rodeamos de canciones, de canciones de cantautores que nos acompañan desde hace décadas ya, y nos hacen viajar a aquellos primeros años, a las personas con quien las compartimos entonces, a aquellas que conocimos entre concierto y concierto, y que, aunque ya no estén en la butaca de al lado, están.

Y sí, hay nuevos ritmos, optimismo, alegría... y hay clásicos en la música de Ismael Serrano, más juglar que nunca, retratando las historias de amor de siempre, extrañas, imposibles, entre recuerdos... o fotografiando la sociedad, la de ayer, como un documental en blanco y negro buscando arena bajo adoquines, y la de hoy, Ismael en el medio del escenario cantándole a ratones, flautistas, cerditos, lobos... y más lobos... tarea de los juglares también retener viejos versos y traerlos al presente... la magia de que varias generaciones se duerman con la misma nana.

Musicalmente... empezó con la voz algo más rota pero entró en calor pronto, en formato trío, con Jacob Sureda a los teclados, y un nuevo percusionista (también con batería) del que, lo siento, no recuerdo el nombre. Se echaron de menos el bajo (que en otros conciertos de la gira si le acompaña) o alguna otra guitarra, y, como siempre me suele suceder, no me terminaron de convencer ciertas programaciones enlatadas.

Y entre canción y canción, otra historia... tinta de dos colores. Y no saber ni que canción ni que imágenes vinieron después, pues mi cabeza se fue sola a aquel gran hombre grande, especialísimo paciente, que cuando le proponían distinguir cuadrados y círculos, y pintarlos en uno u otro color, precisamente esos dos, su cabeza, presa de la misma enfermedad que la del viejo de "Al bando vencido", creía estar en un interrogatorio y hablaba en francés, pues allí, a Francia, tuvo que exiliarse, por un color.

Algo más de dos horas y media de concierto, alrededor de 25 canciones... otros tantos viajes a recuerdos pasados o sueños futuros, abrazos, bailes, lágrimas, Madrid, mundos posibles, amores imposibles, este y el otro lado del Atlántico, suspiros, amigos. 

Si pueden, no lo duden, acudan a "La Llamada".