7 de abril de 2009

VIAJE A YELABÚ - Adolfo Langa

Todo empezó un domingo con dudas, como el que se antoja de una ciudad cuando ve un publireportaje o un documental del canal VIAJAR, así fue el concierto de Adolfo Langa del 1 de junio de 2008 en el Corrillo dentro de la programación del Festival de las Artes de Castilla y León, un pequeño amor nómada a primera vista.


Lo conté aquí, me impregné de la esencia que adelantó de "Viaje a Yelabú", me identifiqué totalmente con Vértigo y me prometí a mi misma que recuperaría el tiempo perdido con la música de Adolfo. No entendía como podía haber ignorado su existencia hasta entonces, me habían hablado de él sin que yo prestara demasiada atención... así es que el "Zoológico de palabras" se fué directo a mi iPod, donde se ha tirado meses.

Tiempo después hablé de él por aquí, y dejé escapar no uno, sino dos conciertos en Madrid. El último el 21 de marzo en Costello, así es que para compensar ese mismo día me compré el disco a altas horas de la madrugada en el Libertad8... y le regalé el zoológico que yo ya tenía a una amiga que sé que lo apreciará y cuidará bien (ahora busco dueño para dos joyitas viajeras y lilas que llegaron a mi buzón hace unos días... nubladas, con aviones como pájaros y seres mágicos... las ilustraciones de Marco A. Sepúlveda son preciosas).

Para las primeras escuchas de los
discos sigo rituales, escojo el momento, y con este no sabía muy bien cómo hacer. Lo metí en el equipaje de mi viaje de hace unos días a Santander, Langa es del sur pero también es cantábrico... pero mi viaje fue demasiado multitudinario, no encontré el momento justo y me volví con el disco sin escuchar... y así día tras día. Hasta que una paciente me falla y tengo una hora libre sin la cafetería abierta... 6 de abril de 2009, un lunes cualquiera en mi trabajo, que de primeras no parece ni el momento ni el sitio ideal, pero resulta serlo.

Langa canta bajito, susurrando... como esas conversaciones con amigos a altas horas de la mañana de vuelta a casa sin levantar mucho la voz para no despertar a los vecinos, hablando de lo divino y lo humano, arreglando el mundo. Y también grita... empieza el disco enérgico, acompañado del leonés Fabián en Algunas cosas por hacer... invitando a bailar y a gritarle al viento "lo romántico se vuelve anárquico en ti y todas las promesas son de plástico" y también lo termina a gritos, con el extra de Me sigue costando ("y taaaaaaaaanto"), tema que también está incluido en acústico acompañado de la guitarra de Menso.

Fabián, Menso... y otros muchos artistas, además de los ya habituales Ismael Sánchez y Joaquín Calderón, suenan en este disco en el que Adolfo se acompaña de algunos otros músicos que le dan al proyecto ese sonido tan particular que impide compararlo a cualquier otro. Yo lo he bautizado como "atmósfera Langa", la suma de sus letras y música, más los arreglos y la producción a cargo de todos ellos.

Sistema comienza siendo un telegrama y termina con una invasión de autómatas saliendo de la guitarra eléctrica de Joaquín... Me gustas cuando escuchas a Sinatra es una carta a corazón abierto con los ojos en barbecho... "sólo será si tiene que ser"... Vértigo soy yo (pero me resulta rara, tendré que escucharla más, tengo demasiado interiorizada la de aquel día).


Ingrávida es una sucesión de piropos... estática, selvática, auténtica... el piano y el chello le dan un toque clásico muy lindo, lástima que no suenen las trompetas y el bandoneón... final abierto. Rara vez es de esas canciones que se pegan y tarareas y tarareas sin salir de tu islote... La invención es una nana a las musas, deliciosa (y fantástica, de fantasía, la guitarra de Ismael).

Viaje a Yelabú va despertando, como un amanecer, una subida a la cima de una montaña... mientras una flauta travesera me sopla la nuca... todo el disco es un día frío de primavera... y me lo replanteo todo, y la urgencia de la huida se vuelve calma y viaje... y no quiero que se termine nunca... pero los instrumentos se van apagando y con ellos mi imaginación... hasta que llega Toma mi mano... el viaje continua y ahora voy acompañada... "Debe de ser Yelabú la luz que tu desprendes... toma mis dudas, no las pierdas y hazle a mis miedos vacío".

En definitiva, que Yelabú más que un lugar es en si mismo el viaje... y viajar a Yelabú, por tanto, una paradoja... una deliciosa paradoja viajarse a uno mismo, reescribir la hoja de ruta sin más objetivo que el trayecto, sin más destino que el propio viaje.

2 comentarios:

6alilea dijo...

Yo tampoco sé porqué no me había parado antes a escuchar, con todo el tiempo que llevo oyendo su nombre. Me gustó un montón, y como también elijo los momentos de primera escucha, hasta este finde pasado, no me había dado ni cuenta...

:)

Me encata cómo nos lo has contado.

Anónimo dijo...

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