Nos están engañando. Somos víctimas de los crupieres políticos, del imperio de la publicidad, del gran circo mundial que es la televisión. Día a día tratan de anestesiarnos con mil y un argumentos envenenados, de hacernos creer en todo cuánto nos inyectan vía oral, de anular nuestros sensores de la realidad e imantar los sentidos. Y apenas nos damos cuenta. O si sentimos en la piel el aguijón no le damos la mayor importancia.
Sigue aquí.
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