Leo en el blog de marlon: cada vez que me voy de viaje respiro bocanadas de libertad, y asocio el hecho de viajar a esa sensación. Es como si no pudiéramos ser libres allí donde vivimos habitualmente, allí donde nos atan la rutina y el pasado.¿A alguien más le ocurre o soy yo el raro?
Y pienso en la razón que tiene... en la Jara que fui los días de marzo en Lisboa... en todo lo que sentí en el sud-express... aquella sensación de libertad y autosuficiencia en solitario... con sentidos abiertos de par en par retratando cada pequeña cosa que la ciudad me regalaba... mi libreta roja... y, a ratos, aquellas amigas dicharacheras que hice en la espera del elevador de Sta. Justa.
Repaso las fotos, suena Mariza mientras cocino, y las imagenes de Fados de Saura me recuerdan que dejé pendiente pasar una noche en alguno de aquellos oscuros bares de la Alfama sin mas compañía que la de una botella de vino verde y el lamento de un fado.
Y pienso en la razón que tiene... en la Jara que fui los días de marzo en Lisboa... en todo lo que sentí en el sud-express... aquella sensación de libertad y autosuficiencia en solitario... con sentidos abiertos de par en par retratando cada pequeña cosa que la ciudad me regalaba... mi libreta roja... y, a ratos, aquellas amigas dicharacheras que hice en la espera del elevador de Sta. Justa.
Repaso las fotos, suena Mariza mientras cocino, y las imagenes de Fados de Saura me recuerdan que dejé pendiente pasar una noche en alguno de aquellos oscuros bares de la Alfama sin mas compañía que la de una botella de vino verde y el lamento de un fado.
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