14 de octubre de 2010

noche de lunes que parece sábado... con Daiquiri Blues

11/10/10. Quique González.
Sala de Cámara, Auditorio Lienzo Norte. Ávila.


Sale al escenario en solitario, se sienta al piano, saluda y explica. Es el 41º concierto de la gira, y ha decidido cambiar el setlist y no centrarse en Daiquiri Blues, cómo días antes en Oviedo (crónica de María aquí). Perfecto repertorio para mi, más allá de debates sobre cual es su mejor disco, o si el último es mejor o peor que el penúltimo. He seguido su carrera en la distancia, tengo todos sus discos pero esta sólo era la 4ª vez que le veía en directo y, para lo que soy yo, cuatro conciertos son muy pocos.

Empieza con Rompeolas, la imagen del luminoso de Daiquiri se refleja en el fondo de mi lente… y Quique cambia el piano por la guitarra y la armónica y sigue solo en el escenario, con Polvo en el airePermiso para aterrizar con el pedal steel de Menso, que lo cambia por la mandolina para “la canción que habría escrito mañana” según Quique, o "la de Raimundo", decíamos antes de entrar al concierto mis acompañantes y yo, después de pasear entre coches-chocones y tómbolas, son Días de Feria en Ávila.

Palomas en la 5ª suena nueva, y el Hammond en la Ciudad del viento atrae toda mi atención, para dar paso a la parte más movida del concierto, en la que el público no paró de levantarse y bailar cada uno con su estilo (mención especial de Quique para un chico de la séptima fila, jejeje). Y no es hasta la séptima canción que estrena Daiquiri con Cuando estés en vena… la estela de un cometa por fin.

Más bailes en Por caminos estrechos y entonces parece sonar mi móvil, cuando estaba a punto de comprar el periódico de ayer, Me agarraste. Me hace gracia cómo canaliza su timidez a los aplausos y se despeina nervioso… Nadie podrá con nosotros… ey… y abro el plano a toda la banda en Kamikaces enamorados.


Entonces, entre ray-bans y lágrimas necesito un amor que no me cueste trabajo, hasta que todo encaje. Es lunes pero parece sábado, así es que nos tomamos un Daiquiri blues, y lo damos todo en Vidas cruzadas, mientras él deja al público cantar… una luciérnaga azul y tuuuuuuuuuuuuú.

Te lo dije, nunca des tus datos a la chica de la lavandería… Me preguntaba si todo seguía en pie, y termina con Pájaros mojados… yo lo que quería era seguir soñando.

Vuelve para regalarnos cuatro bises, Riesgo y altura, Su día libre (necesito entrar en los sueños de alguien…), Salitre (de alguna manera tendré que olvidarte, tengo que olvidarte de alguna manera...) y subidón final en el Hotel los Ángeles.

Recordé durante toda la noche también las crónicas de Antoine, las referencias a su pie izquierdo (por que era el izquierdo, no?), tan pronto en el Palacio de Congresos como en el pequeño escenario del Barcelona8… y yo no se si canta bien o canta mal, pero tiene unas letras tremendas... y me gusta, como me gusta el otoño pese al frío, la lluvia y los días cortos, o precisamente por todo eso.

2 comentarios:

MariaTC dijo...

Gracias por la mención y por condensarlo todo tan bien. A pesar de la distancia entre Oviedo y Ávila creo que se vivió lo mismo. Gracias también por cerrar el post con el vídeo de Salite ;-) ¿Qué sería de mí si este hombre no hubiese escrito esa canción? Un día de estos me pondré al día con mi blog. MUAKS

illeR dijo...

Ainss, que me gusta un daiquiri...