22 de septiembre de 2010

Hasta siempre, Labordeta

Mis días en el Ambroz suponen desconexión... pero sonó el teléfono para traerme la triste noticia... y sin pensarlo saqué una silla de las verdes a la calle, de esas bajitas, que mantienen a uno más cerquita del suelo y la raíz, y me senté a ver pasar a los vecinos y charlar del tiempo y la cosecha... como vi tantos años hacer a mi abuelo y su hermano, mientras cosían albardas o hacían flautas que después sonaban en documentales de un aragonés que cantó y canta a la Libertad y que recorrió España convirtiéndose en paisano de todos los pueblos.

Hasta siempre, Labordeta.

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