Me ha cautivado el cartel de Tomás Hijo, especialmente el cabezudo negro, mi favorito, con su sombrero y su puro, icono de infancia salmantina.Me gustan las Ferias como excusa perfecta para quedar con amigos que llevo todo el verano sin ver, bajar a la Aldehuela, el algodón dulce entre luces y ruido, las casetas y los conciertos de grupos salmantinos.
No entiendo por que vuelve Joaquín Sabina, si Salamanca no era más que una ciudad cualquiera en la que empezar la gira. Ni por que el mercado medieval se traslada a la Plaza de la Concordia, cómo si esa mole de centro comercial fuera más medieval que la plaza de Anaya o el cauce del río. Y debería de darles vergüenza programar conciertos en las inmediaciones del antiguo Teatro Bretón.
Una nueva iniciativa privada traerá radioformula a una carpa en el ferial, y el Ayuntamiento también opta por triunfitos y similares como actuaciones de cabecera, pero intentando hacernos ver lo amplio, variado y de calidad que es el programa a golpe de copiar y pegar, como si fueramos idiotas, incluyendo cosas que en realidad no son fiestas. Estoy hablando del Festival Internacional de Artes de Calle, y de mi adorado Etnohelmántica.
Sus cuatro noches en la plaza mayor (7, 8, 9 y 10) son, a mi parecer, una de las pocas citas a tener en cuenta, junto a los grupos salmantinos en San Román los días 9, 10 y 11, el musical Chicago (9, 10, 11 y 12) en el CAEM.
FELICES FIESTAS A TODOS!
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