4 de junio de 2009

crónicas primera semana del festival

EL VIAJE INMÓVIL
viernes 29 de mayo de 2009, Puente de Enrique Estevan.


Uno de los actos que servían como inauguración de este 5º Festival de las Artes, el pasado viernes 29, era El viaje inmóvil, encuentro en la noche con el río Tormes como escenario y, como protagonistas, los barcos de luz que los salmantinos habían fabricado días antes con un tetrabrick y una vela.

A la antigua usanza, las campanas de la catedral comenzaron a sonar a modo de aviso vecinal. Los barcos descendían entre humo y reflejos de luz, río abajo, acompañados por los compases entremezclados de las distintas agrupaciones musicales que participaban: las tubas de Oviedo y del conservatorio local se mezclaban con la música tradicional salmantina o los ritmos procesionales… acompañados por coreografías de fuego y pinceladas de pirotecnia en el cielo.


DYNAMOGÉNE – MONSIEUR CULBUTO
viernes 29 y sábado 30 de mayo de 2009, centro de la ciudad


“Un muñeco con vida que busca desesperadamente a alguien que juegue con él. Puede que haya llegado tu turno” dice, textualmente, el programa del festival… y ese es Monsier Culbuto, en otras palabras, un tentetieso humano de pesada base semicircular que con semblante serio extendía su brazo a todo aquel que pasaba por alguna de las calles del centro de la ciudad en las que él se encontraba las tardes de viernes y sábado. Balanceos, fingidos golpes contra el suelo y las graciosas participaciones del público o negaciones de los que solamente “pasaban por allí” hicieron las delicias de pequeños y no tan pequeños.


LES VEILLEURS – MANUEL, LAVEUR DE MAINS
viernes 29, sábado 30 y domingo 31 de mayo de 2009, centro de la ciudad


Son las ocho y media de la tarde del sábado 29 y en la plaza de la libertad me encuentro con el mismo niño que hace unos instantes se asustaba al estampar al tentetieso contra el suelo de la rúa mayor… esta vez frente a una bicicleta… ah, no, perdón, un velo-labo.

Me llama la atención el tapete con dados y tarjetitas que lleva en la parte de atrás, y me quedo con las ganas de saber su función. Manuel, que así se llama el lavador de manos, le adivina al niño su faceta de músico y le seca una mano mientras le hace sostener con la otra una piedra encantada para terminar dándole un pequeño masaje con un elixir de menta y regalándole una carta. Además de todo esto, la luz se enciende con pensamientos positivos, y el agua gastada se recicla en regar las plantas del jardín… yo sigo preguntándome si tengo soplo mágico.


TOUT SAMBA’L - EXILOD
sábado 30 y domingo 31 de mayo, centro de la ciudad


Llevo media hora extasiada con las manos de Manuel y sus clientes… cuando de pronto tres extraños, dos hombres y una mujer, trajeados, con la espalda agrietada y una maleta de la mano, aparecen entre los árboles de la que ellos llaman Plaza de la Utopía.

Son amnésicos y necesitan la ayuda del público… pintan con tiza en el suelo… reparten mapas… interactúan con la calle y sus habitantes… todo tipo de habitantes, algunos muy poco por la labor, y otros dispuestos a echarse un par de carreras para no perdérlos. De camino a la cita las señales son confusas, las farolas se interponen, no encuentran ningún taxi libre… hasta que un repartidor de comida rápida deja transformar su moto y les ayuda arrancando una fuerte ovación del público.

La campaña de las compañeras de la compañía Tout Samba’l, es decir, la Calle Compañía, está cortada por otro evento, así es que hacemos un alto en el camino intercambiando gafas y mochilas, para proseguir el viaje hasta llegar a la cita, petardos por el balcón… un tren plagado de personalidades y repleto de maletas atraviesa el Corrillo y al fin llegamos a la Plaza de San Benito, donde al ritmo de un acordeón contamos un, dos, tres y cuatro, bailamos… y recordamos.

Hora y media de viaje, un viaje largo, tanto que por momentos parecía no terminar nunca… nadie dijo que fuera fácil recuperar la memoria.


ADARES
Todas las noches en El Corrillo


Salamanca, te amo porque tú amas al sol.
Porque tú te dedicas a quedarte.
Salamanca te amo en las cajas
y entre el ramillete del vaho
del amor.
Te amo en las goteras de la Peña Celestina
y en todo el Tentenecio de aguardar
la monja.
Sólo te pido amor, que te asegures y tantees,
Salamanca, antes de que te digan.
Yo no me iré jamás de tu palabra".

Remigio González, ADARES
('Me atrevo a ser palabra', 1997)

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