18 de septiembre de 2009

Vivir para contarlo

Es una canción de Violadores del Verso, un libro de Gabriel García Márquez y la extraña sensación de vivir los conciertos (o lo que sea) pensando en cómo contarlo después por aquí... vacaciones, me cansé, no me atreví a cerrarlo y opté por dejarlo estar.

Justo lo que decían el martes Le Punk... la noria... subidas y bajadas, repeticiones... cosas mías.

Por cierto, fueron el descubrimiento de la noche, igual que en Aranda lo fueron Los Coronas... con el mismo subidón con la tortuga interminable de Tres Cantos.

En este tiempo además de modernos hubo también habituales... sin demasiada atención, con charla de fondo, y mi mala digestión.

Hubo teatro de bolsillo, mala hora para los trabajadores, y mal día los lunes para hacerse propósitos, sólo vi a los Hernández... hoy repetí, y volví a sentirme gilipollas

Ni rastro de acordes extremeños en todo el verano, pero encontré la dosis justa de folk en etnohelmántica, y menos mal... La Bandina, Budiño (tremenda fuente de energía) y Folk On Crest (los Caronok se me resisten)... música para cuidarse por dentro, me decía un amigo de tierras celtas que me conoce bien... lo justo para mi digestión... giro de noria... y se acaba el silencio... con música de fondo... y cosas mías.

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