14 de noviembre de 2010

Luis Pastor y Miguel Hernández...

... ecos de poesía y raíz.

El domingo pasado viendo en La 2 este documental de Miguel Hernández me acordé de Luis Pastor. El programa empieza con música de Serrat, para después dar paso a Paco Ibáñez cantándole a los olivos jienenses, pero los versos de Miguel Hernández a los que Luis le puso música me trasladaron al concierto de este verano en los Escenarios Móviles que tenía sin contar, cargado de Extremadura, pero también de esencia del de Orihuela.

19 de agosto de 2010. Luis Pastor.
Escenarios Móviles. Aceituna, Cáceres.


En el camino desde Hervás vimos garzas, el sol poniéndose entre olivos, muchos olivos. También vimos, al pasar por Santibáñez el Bajo, de casualidad, caras conocidas que venían de recoger ciruelas del huerto. El mundo es un pañuelo, y el norte de Extremadura una gran familia.

Cuando llegamos a Aceituna dimos un paseo por las calles del pueblo, hasta la Ermita, leyendo los nombres de las calles en letreros con flauta y tamboril... con la sorpresa de los tarareos de Luis camino a la prueba de sonido... "Flor de Jara" y algún verso del alicantino como adelanto. Mientras cenamos anochece y mi padre me da clases de astronomía a su manera: "Mira, la primera estrella de la noche, esa que mamá ve todos los viernes cuando bajamos al pueblo" y yo me ensancho de emoción por su tierra, que es la mía.

En la plaza del pueblo banderolas de fiesta, y versiones feas en la música previa, la gente murmulla y nos miran, somos "los forasteros". Algunos de los lugareños llevan las sillas de casa, como me cuentan mis mayores que se hacía antes en las bodas, una de tantas historias como todas esas de "Tiempo de Cerezas" y "Soy", poema y canción presentación por excelencia, lo que fuimos ayer y lo que está por venir... sonrío a las que no conozco por boca de otros, no son fotos en blanco y negro, tengo la suerte de disfrutarlas día a día y en color "con calles a muchas puertas, casas de abuelos y de primos".

Continúa rescatando un poema de Miguel Hernández (regalo para su hijo desde la cárcel) que musicó allá por los setenta, "Con dos años", para después dar paso a su repertorio de siempre, "O Canarinho" para meterse en el bolsillo a los niños de las primeras filas, "África", "Violeta" a capella, alguno de los textos de Saramago, y una de esas piezas del poeta que ha musicado recientemente, "Pena bienhallada", con la compañía de Lourdes, sin más percusión que sus manos sobre el pecho y las palmas desacompasadas del público, y voces afromenhas para terminar, uno de los momentos más bonitos de la noche.


La sigue "Por el mar de mi mano", que pese a los lapsus con la letra sigue siendo de mis favoritas y da nombre al que para mi es uno de sus mejores discos. Entonces le cede el turno a su hijo Pedro Pastor que interpreta dos temas "Demasiado tarde" y "A veces", para disfrute del público de su edad, entre los que alcancé a escuchar "pues lo hace mejor que el padre". Para gustos los colores, claro que con tiempo, con el arte que ha mamado y le corre por las venas a este chico, promete evolución.

Luis vuelve al escenario en solitario con "La Nacencia" de Luis Chamizo, y el castúo arranca de mi padre sus aplausos más firmes. Con la dulzura de Lourdes como ingrediente indispensable continúa con "Tiempo y Silencio", y después mi nombre de flor mientras cuento estrellas.

Retoma a Miguel Hernández, con "Los vendimiadores" (extraído de la pieza teatral "Los hijos de la piedra"), abre un paréntesis con "Borra de mi esta tristeza" de Saramago, y se arranca con otro poema del alicantino, "Flor de arroyo", este con aires flamencos, para después contarnos de la parte más lírica de la obra del poeta, que ha musicado recientemente para Jarcha y Carmen Linares.

"En las fronteras del mundo", "Lourdes", "Paz de Santiago" y "Aguas abril" son los bises que elige el público para que termine el concierto, pero no la noche... todavía faltaba otro encuentro casual con amigos... y el cielo extremeño de vuelta a casa con ecos de poesía y raíz.

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